Las enfermedades transmitidas por los alimentos, a menudo causadas por bacterias, virus u otros microorganismos dañinos, afectan a millones de personas cada año. Estas enfermedades pueden provocar síntomas como calambres estomacales, náuseas, diarrea y, en casos graves, problemas de salud a largo plazo. Si bien comer alimentos frescos y orgánicos es un gran paso hacia una vida más saludable, sigue siendo esencial manipularlos y prepararlos adecuadamente para evitar las enfermedades transmitidas por los alimentos.
En este artículo, hemos reunido cinco pasos orgánicos que puede seguir para prevenir las enfermedades transmitidas por los alimentos y mantener sus comidas seguras. Estos pasos son simples, pero pueden marcar una gran diferencia en la calidad y seguridad de los alimentos que sirve a su familia.
- Lávese bien las manos y las superficies
El primer paso para prevenir las enfermedades transmitidas por los alimentos es mantener la limpieza en la cocina. Muchas bacterias dañinas pueden transferirse de las manos, las superficies de la cocina y los utensilios a los alimentos que está preparando, incluso si los alimentos son orgánicos.
Lávese las manos
Antes de empezar a cocinar o manipular alimentos, es fundamental lavarse las manos con agua tibia y jabón durante al menos 20 segundos. Este sencillo hábito ayuda a eliminar las bacterias o los virus con los que puede haber estado en contacto.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), lavarse las manos correctamente puede prevenir aproximadamente el 50 % de las enfermedades transmitidas por los alimentos.
Limpie las superficies y los utensilios
Limpie siempre las encimeras, las tablas de cortar, los cuchillos y los utensilios antes y después de manipular alimentos. Las bacterias pueden permanecer en las superficies y, si no se limpian adecuadamente, pueden contaminar los alimentos. Si trabaja con carne o productos agrícolas crudos, es especialmente importante limpiar todo a fondo antes de pasar al siguiente alimento.
Consejo profesional: considere utilizar agentes de limpieza naturales como el vinagre o el bicarbonato de sodio, que son orgánicos y eficaces para matar las bacterias de las superficies.
- Separe los alimentos crudos de los alimentos listos para comer
La contaminación cruzada es uno de los principales culpables de las enfermedades transmitidas por los alimentos. Esto sucede cuando las bacterias de los alimentos crudos, en particular la carne, las aves y los mariscos, entran en contacto con frutas, verduras o comidas cocinadas. Para evitar esto, es fundamental mantener separados los alimentos crudos y los listos para comer.
Almacene los alimentos de manera adecuada
Siempre guarde las carnes crudas separadas de otros alimentos en el refrigerador, preferiblemente en recipientes herméticos en el estante más bajo. Esto evita que los jugos de la carne cruda goteen sobre otros alimentos y los contaminen.
Use diferentes tablas de cortar
También es una buena idea usar diferentes tablas de cortar para la carne cruda y los productos frescos. Por ejemplo, puede usar una tabla de cortar exclusivamente para el pollo crudo y otra para las verduras. Esto minimiza el riesgo de que las bacterias se propaguen de la carne cruda a su ensalada u otros alimentos crudos.
Según Foodsafety.gov, usar tablas de cortar y utensilios separados para alimentos crudos y cocidos puede reducir en gran medida el riesgo de contaminación cruzada.
- Cocine los alimentos a temperaturas seguras
Cocinar los alimentos a la temperatura adecuada es esencial para matar las bacterias dañinas. Cuando los alimentos no se cocinan correctamente, las bacterias como E. coli y Salmonella pueden sobrevivir y causar enfermedades transmitidas por los alimentos. Esto es especialmente importante para las carnes, las aves y los huevos, pero también se aplica a otros alimentos como las sobras.
Use un termómetro para alimentos
Una de las formas más fáciles y efectivas de garantizar que sus alimentos se cocinen a una temperatura segura es usar un termómetro para alimentos. Aquí hay una guía rápida de temperaturas de cocción seguras:
Aves (pollo, pavo): 165 °F (74 °C)
Carnes molidas (ternera, cerdo, cordero): 160 °F (71 °C)
Bistecs, chuletas, asados: 145 °F (63 °C)
Sobras: 165 °F (74 °C)
Según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), usar un termómetro para alimentos es la única forma de asegurarse de que sus alimentos se cocinen a una temperatura lo suficientemente alta como para matar las bacterias dañinas.
Consejo profesional: Incluso si preparas alimentos orgánicos, asegúrate siempre de que estén bien cocidos. Los alimentos orgánicos pueden albergar bacterias como cualquier otro alimento si no se manipulan y cocinan adecuadamente.
4. Almacene y refrigere los alimentos de manera segura
El almacenamiento inadecuado de los alimentos es una de las principales causas de las enfermedades transmitidas por los alimentos. Después de preparar una comida, es fundamental almacenar las sobras de manera segura y refrigerar o congelar los alimentos perecederos lo antes posible.
Refrigere de inmediato
Refrigere siempre los alimentos perecederos dentro de las dos horas posteriores a la cocción o la compra. En climas cálidos (por encima de los 90 °F o 32 °C), este período se reduce a solo una hora. Refrigerar los alimentos de inmediato ayuda a frenar el crecimiento de bacterias y mantiene los alimentos seguros durante más tiempo.
Según los múltiples estudios en línea, las bacterias pueden multiplicarse rápidamente a temperatura ambiente, por lo que es fundamental refrigerar o congelar los alimentos lo antes posible.
Conozca las temperaturas de su refrigerador y congelador
Su refrigerador debe estar configurado a 40 °F (4 °C) o menos, mientras que el congelador debe estar a 0 °F (-18 °C). Estas temperaturas garantizan que el crecimiento de bacterias se ralentice en el refrigerador y se detenga por completo en el congelador.
Etiqueta correctamente las sobras
Etiqueta las sobras con la fecha de preparación y trata de consumirlas en un plazo de 3 a 4 días. En el caso de los alimentos congelados, la mayoría se pueden almacenar de forma segura hasta seis meses, pero asegúrate de etiquetarlos claramente y de comprobar que no se hayan quemado por el frío antes de consumirlos.
- Utiliza un control de plagas orgánico en tu jardín
Si cultivas tus propios productos orgánicos, controlar las plagas es otro paso importante para prevenir enfermedades transmitidas por los alimentos. Las plagas como los roedores y los insectos pueden transmitir bacterias dañinas que pueden contaminar tu jardín. Sin embargo, el uso de pesticidas químicos agresivos no es una opción para los jardineros orgánicos, por lo que tendrás que confiar en métodos naturales de control de plagas.
Introduce insectos beneficiosos
Una de las mejores formas de controlar las plagas de forma natural es introduciendo insectos beneficiosos en tu jardín. Se sabe que las mariquitas, las mantis religiosas y las crisopas se alimentan de plagas dañinas como los pulgones, que pueden transmitir enfermedades. Estos insectos útiles pueden ayudar a mantener tu jardín libre de plagas sin necesidad de productos químicos.
Utilice pesticidas orgánicos
Para aquellos momentos en que las plagas se salen de control, puede utilizar pesticidas orgánicos como el aceite de neem o el jabón insecticida. Estos productos naturales son eficaces para mantener a raya las plagas y, al mismo tiempo, son seguros para su jardín, sus alimentos y el medio ambiente.
Según la Universidad de Cornell, el uso de métodos orgánicos de control de plagas es una parte esencial para mantener un jardín saludable y productivo.
Conclusión
Si sigue estos cinco pasos orgánicos, puede reducir en gran medida el riesgo de enfermedades transmitidas por los alimentos y garantizar que sus comidas sean seguras y saludables. ¿La conclusión clave? No se trata solo de comer alimentos orgánicos, sino de manipular, preparar y almacenar los alimentos de forma segura en cada paso del proceso. La jardinería orgánica y la manipulación adecuada de los alimentos pueden ir de la mano para garantizar que los alimentos que consume estén libres de contaminantes dañinos y llenos de nutrientes.