El cardo mariano (Milk Thistle), cuyo nombre científico es Silybum marianum, ha sido reconocido durante siglos como una de las hierbas más potentes para apoyar la salud del hígado.
Esta planta espinosa de flores púrpuras, originaria de Europa y del Mediterráneo, fue utilizada por médicos griegos y monjes medievales, y hoy la buscan personas conscientes de su salud, expuestas a toxinas modernas, medicamentos y el estrés del estilo de vida actual.
Pero la pregunta clave es:
¿Realmente el cardo mariano merece su reputación como “protector definitivo del hígado”?
Vamos a separar la ciencia de la ficción y descubrir qué dicen los estudios más recientes sobre este popular suplemento herbal.
La reputación tradicional del cardo mariano
Mucho antes de los ensayos clínicos o los suplementos modernos, el cardo mariano se usaba como tónico hepático, antídoto contra el envenenamiento y remedio para la ictericia.
Las semillas y frutos son la parte más potente de la planta.
En la tradición popular, sus hojas con vetas blancas se consideraban capaces de “romper el estancamiento del hígado”, depurar la bilis y ayudar en diversas afecciones, desde niebla mental hasta trastornos menstruales.
Hoy en día, se promociona como remedio natural para problemas como abuso de alcohol, exposición a medicamentos, hepatitis y estrés ambiental.
Ingrediente clave del cardo mariano: Silimarina
El secreto de la eficacia del cardo mariano es su compuesto principal, la silimarina, un complejo de flavonolignanos que incluye silibina, silidianina y silicristina.
La silimarina es un antioxidante muy potente, capaz de neutralizar los radicales libres que dañan las células hepáticas.
También posee propiedades antiinflamatorias, antifibróticas y regenerativas.
Cómo funciona la silimarina
- Poder antioxidante: Captura especies reactivas de oxígeno y evita la peroxidación lipídica, un factor clave en el daño hepático.
- Estabilización de membranas: Refuerza la membrana celular del hígado, bloqueando la entrada de toxinas.
- Síntesis de proteínas: Puede aumentar la producción de RNA ribosomal, estimulando proteínas necesarias para la reparación celular.
- Anti-fibrótica y antiinflamatoria: Inhibe vías inflamatorias y señales fibrogénicas, ralentizando la cicatrización y la progresión de enfermedades hepáticas crónicas.
- Aumento de glutatión: Mejora los niveles celulares de glutatión, el principal antioxidante y desintoxicante del cuerpo, especialmente en el hígado.
El cardo mariano en la ciencia moderna
1. Enfermedades hepáticas y cirrosis
Varios ensayos clínicos bien realizados muestran que la silimarina puede reducir los marcadores de daño hepático (ALT, AST), estabilizar la función hepática y mejorar síntomas en personas con enfermedad hepática crónica, hígado alcohólico o cirrosis.
Los pacientes que toman cardo mariano suelen experimentar menos fatiga, ictericia y malestar, y mayores tasas de supervivencia, especialmente si se inicia temprano en la enfermedad.
Los meta-análisis de decenas de estudios indican que la silimarina ofrece mejoras modestas pero significativas en los enzimas hepáticos y reduce la progresión de fibrosis y cirrosis en hígado graso alcohólico y no alcohólico.
2. Hepatitis (viral y tóxica)
El cardo mariano tiene un largo historial como remedio tradicional contra la hepatitis.
Algunos ensayos modernos muestran que la silimarina puede ser útil como tratamiento complementario para la hepatitis B y C.
Aunque no es un tratamiento curativo ni principal, ayuda a reducir el estrés oxidativo y la inflamación, y favorece la salud hepática general.
3. Daño hepático inducido por fármacos o alcohol
Uno de los usos más validados científicamente del cardo mariano es en daño hepático inducido por toxinas o medicamentos, como paracetamol, quimioterapia, fármacos para tuberculosis o consumo crónico de alcohol.
Estudios en animales y algunos humanos muestran reducción de la muerte celular hepática, mejora en los marcadores enzimáticos y recuperación más rápida con la administración de silimarina.
Incluso se utiliza como suplemento de referencia para intoxicación por hongos (Amanita phalloides), aunque en casos graves siempre se requiere tratamiento hospitalario.
4. Hígado graso no alcohólico (NAFLD)
El NAFLD, cada vez más común debido a la dieta moderna, ha sido ampliamente estudiado con cardo mariano.
Varios ensayos han encontrado que la silimarina, a menudo combinada con vitamina E o fosfatidilcolina, reduce la acumulación de grasa, la inflamación y los marcadores hepáticos sin efectos adversos significativos.
Beneficios adicionales del cardo mariano
La investigación también lo relaciona con otros beneficios:
- Regulación de la glucosa: Mejora la sensibilidad a la insulina y reduce el azúcar en ayunas en pacientes con síndrome metabólico o diabetes.
- Potencial anticancerígeno: Estudios de laboratorio sugieren que puede limitar el crecimiento de células cancerígenas o mejorar la eficacia de la quimioterapia, aunque faltan estudios sólidos en humanos.
- Salud de la piel: Su poder antioxidante protege la piel del daño UV y acelera la cicatrización de afecciones dermatológicas.
Críticas y limitaciones
- El cardo mariano no es un “cura todo”: no puede revertir cirrosis avanzada, curar hepatitis ni sustituir tratamientos médicos graves.
- La eficacia varía: algunas personas responden mejor que otras, según factores genéticos, dietéticos o específicos de la enfermedad.
- La calidad del suplemento importa: solo los extractos estandarizados (70-80% de silimarina) han demostrado eficacia en estudios.
Cómo usar el cardo mariano para apoyar el hígado
- Dosis típica: 200–400 mg de extracto estandarizado de silimarina (70-80%), una o dos veces al día con las comidas.
- Formas disponibles: cápsulas, tinturas o infusiones.
- Recomendado para: exposición a alcohol o fármacos, condiciones hepáticas leves (NAFLD, hepatitis leve), polifarmacia prolongada o cuidado preventivo suave del hígado.
- Seguridad: generalmente bien tolerado; posibles efectos secundarios leves incluyen malestar estomacal o reacciones alérgicas leves. Consultar con un profesional de la salud antes de combinarlo con otros medicamentos.
Conclusión: el cardo mariano está respaldado por la ciencia, pero no es milagroso
A pesar de algunas exageraciones comerciales, el cardo mariano es uno de los remedios herbales más estudiados y seguros para apoyar la salud del hígado.
La evidencia muestra que ayuda a reducir la inflamación leve, favorecer la desintoxicación y proteger el hígado de ciertos peligros modernos.
Cuando se combina con un estilo de vida saludable y supervisión médica en casos graves, es una excelente adición a cualquier régimen de cuidado hepático.
Si consideras usar cardo mariano u otros suplementos herbales, consulta con un médico experto o un profesional de medicina integrativa para orientación sobre dosis y marcas, y recuerda siempre priorizar lo básico: alimentación real, actividad física regular y moderación en la exposición a toxinas.
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