La avena es un desayuno favorito y, cuando la preparas con leche y le agregas semillas de chía, se convierte en una fuente de energía para fortalecer los huesos. La leche es una de las mejores fuentes de calcio, mientras que las semillas de chía están repletas de grasas saludables y minerales como el fósforo, que ayuda a mantener la salud de los huesos.
Por qué ayuda:
La leche proporciona calcio, que es vital para el crecimiento de los huesos.
Las semillas de chía son ricas en ácidos grasos omega-3 y minerales que apoyan el desarrollo de los huesos.
Cómo prepararla:
Cocina la avena en leche en lugar de agua para obtener una textura cremosa y calcio adicional.
Agrega una cucharada de semillas de chía para obtener nutrientes adicionales.
Cúbrela con fruta fresca, una pizca de canela y un chorrito de miel.